Luego de permanecer horas y horas conectados a la red a través de cualquier teléfono inteligente es común permanecer despiertos sin una justificación aparente más que la ausencia de sueño.

Foto: Pixabay.

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Las madrugadas se hacen incontables cuando se permanece inmerso en la luminiscencia de los smartphones partiendo desde la consecuencia evidente de que esta luz reduce la melatonina, una hormona encargada de la regulación del sueño.

Además de retrasar y disminuir el período de descanso del cuerpo, extiende el tiempo en que tardamos en dormirnos haciendo que las noches se conviertan en días enteros de insomnio que desencadenan una serie de problemas de salud empezando por alteraciones del sistema cardíaco.

Según especialistas el fenómeno de deficiencia al dormir se basa en que al ver el dispositivo celular el cerebro se hiperexcita, lo cual conlleva a que la persona permanezca despierta y de ninguna manera se relaje. De esta forma se hace imposible iniciar las ocho horas diarias de descanso convenientes que necesita el cuerpo y la mente para recuperar energías.

Lo más recomendable es apagar el teléfono celular para no permitir que cualquier sonido, luz o vibración que emita nos despierte y rompa con la pausa necesaria de reposo para que tanto emocional como físicamente nos mantengamos frescos ante cualquier eventualidad de nuestra rutina diaria.